sábado, 23 de abril de 2016

la laguna de san carlos

la laguna de san carlos

En esta ocasión les contare sobre la laguna de san carlos una belleza que es apreciada por panameños y extranjeros aquellos que visitan este lugar quedan cautivados por la laguna y sus alrededores el gran cerro picacho es otro de los motivos que atrae a los visitantes pero solo hablaremos de la laguna en otro momento hablaremos sobre el cerro.

Muchas veces nos contaron acerca de este lugar y ahora que lo visitamos entendemos el porqué. Nuestro equipo jamás imagino encontrar tan cerca de la ciudad un lugar tan acogedor y agradable que podemos contar entre nuestros favoritos.
La Laguna de San Carlos es una hermosa laguna natural rodeada de abundante vegetación que junto al clima te traslada a un estado de paz y armonía con la naturaleza, ayudando a los citados a reconectarse y recargar las energías perdidas en el ajetreo de la rutina.


¿Cómo llegar?
Tome la vía Interamericana hasta Las Lajas de Chame (78.4 km, una hora aproximadamente), luego cruce a la derecha (entrando por el M/S Las Lajas). A partir de allí son aproximadamente 22kms de los cuales solo los últimos 300 metros están sin asfaltar.

La Laguna tiene un espejo de agua de aproximadamente 5 hectáreas y una profundidad de 14 metros en algunas partes y en otras es desconocida. En sus aguas podemos encontrar especies como: tilapia, colosomas, mojarras de agallas azules y naranja, carpas doradas  y camarones nativos. Es posible darle la vuelta a pie lo que permite tener distintos puntos de vista para los amantes de la naturaleza y todo un lujo para los aficionados a la fotografía.
Es de origen volcánico y está localizada a 800 metros sobre el nivel del mar, rodeado de dos cerros: el Cerro La Laguna y el Cerro Picacho (1,182 m) que es el punto más alto del distrito de San Carlos. Nos ofrecieron las mejores vistas desde estos puntos, estamos seguros de que debe ser así, y aunque no necesitamos excusas para regresar, ¡nos parece que esta es completamente valida!

historias

Anteriormente la Laguna era conocida como La laguna de Arnulfo Arias Madrid de la cual él se apropio durante su mandato hasta cuando fue derrocado y esos terrenos volvieron a ser de acceso para los residentes de la comunidad.
Algunas historias de nuestros abuelos decían que Arnulfo Arias la quería secar para sacar los tesoros que se encontraban en sus profundidades que habían sido depositados allí por nuestros antepasados.
Otra popular historia cuenta que hace muchos años vinieron unos buzos con la intención de saber cuál era la profundidad de la laguna pero al intentarlo encontraron que mientras más profunda se hacia el agua era más fría, se tornaba más oscura y entonces salieron sin poder decir cuál era la profundidad exacta ¡Por eso dicen que en algunas partes la profundidad se desconoce!



actividades y costos

Alrededor se pueden ver diferentes aves, a veces gavilanes y pequeñas garzas que alegran el lugar con sus sonidos y algunos cormoranes (Phalacrocoracidae) han llegado a hacer de este sitio, su casa. Las ranas que en las noches, se aparean retumbando sonidos increíbles, así mismo como la cigarra que nunca deja de cantar.

Actualmente poseen un restaurante con baño en el cual venden pescado de la laguna y algunos de agua salada, delicioso, acompañado con patacones o arroz, a diferentes precios y tamaños. También venden refrescos y en las mañanas se puede degustar de deliciosas hojaldas y café.

Entrar a la laguna tiene un costo de 2.00 por persona. Si vas a acampar, depende del tamaño del camping el costo por noche. No se permite la venta de comidas pero si puedes llevar tus enseres y hasta barbacoa. Es importante indicar que está prohibido hacer escándalos.

llevar tu repelente y tu petate o colchoneta para tirarte en sus orillas y carga tu cámara fotográfica pues no te vas a querer perder de tremendo espectáculo una buena carpa para que puedas pasar una buena noche con tus amigos o familia.

espero que les aya gustado y esto los motive a viajar y tomarse un día de descanso y relajamiento en este hermoso lugar.

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